El giro afectivo en las humanidades y ciencias sociales ha desarrollado algunas de las teorías más innovadoras y productivas en torno a los afectos, la subjetividad y los procesos de subjetivación, las teorías del cuerpo, la corporalidad, las teorías políticas del afecto y el análisis crítico.

En este sentido, el giro afectivo, término propuesto inicialmente por Patricia Clough (2007), retoma el papel del afecto en la cultura – propiciado por pensadores como Baruch Spinoza y Gilles Deleuze–quienes conceptualizan el afecto en su capacidad de afectar y ser afectados. Es así como se suman a esta línea los trabajos de Brian Massumi (1995; 2002) y Sarah Ahmed (2004) quienes han dilucidado la manera en que la afectividad está imbricada en el tejido social, participando activamente en la normalización y naturalización de las relaciones de poder, pero que al mismo tiempo puede llegar a tener una gran posibilidad de desnormalizar y desnaturalizar estas relaciones.

El giro afectivo no plantea una necesaria articulación con la noción de sujeto, sino que intenta mostrar la manera en que las subjetividades se constituyen de manera discontinua en la actualidad, así como se relacionan con la experiencia “sin intención” de las emociones y los afectos en las relaciones cotidianas. En este sentido, se propone pensar/experimentar el cuerpo desde un marco que excede lo lingüístico y empuja a prestar atención a la percepción como un modo otro de cognición y significación. Esta propuesta nos invita a pensar, por ejemplo, en empezar a cuestionar dicotomías como “afectos positivos” /”afectos negativos” y conlleva a revisar la idea de agencia y el papel de los binarios “interior/exterior”, “público/privado”, “acción/pasión”. Extendemos la participación a los diferentes espacios atribuidos a Interludios LAE y LEM, Cátedra LAV 2023-1.

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