La Licenciatura en Artes Escénicas (LAE) es creada en el año 1999, mediante el acuerdo 020 del Consejo Superior, y fue adscrita a la Facultad de Bellas Artes. Orienta sus actividades a la formación de profesionales de la educación, a partir del desarrollo de una propuesta curricular articulada con las orientaciones normativas de la Universidad Pedagógica Nacional, las cuales se expresan en el Estatuto Académico de la Universidad, Acuerdo 010 de 2018 emanado del Consejo Superior.
En el contexto de la educación de las artes escénicas en el país, es evidente que los docentes que han recibido formación en escuelas de actores -como maestros de arte dramático-, y que tienen como proyecto de vida central la práctica artística (el ser directores, dramaturgos y actores de compañías teatrales), tienden a trasladar de manera acrítica las prácticas de referencia -de la disciplina del actor- a los programas de formación universitaria de docentes. La reacción de la LAE ha sido no sólo diagnosticar dicho desvío, sino proponer alternativas epistemológicas y metodológicas que hagan visible la emergencia de un nuevo campo de conocimiento: la formación del profesor de teatro, en donde el quehacer artístico se congrega al saber pedagógico y a la práctica didáctica. Según Alfonso (2013), en una investigación que focalizó el estudio de las actividades docentes en el contexto de la formación universitaria, se demostró que ser formador de teatro, o de artes escénicas, constituye un oficio en sí mismo; que no es suficiente ser actor o director para el devenir educador. Esta condición no depende de las cualidades personales, implica estar en posesión de unos saberes a enseñar -y otros para enseñar- los cuales, si bien se relacionan con prácticas teatrales, distan de estos en sus características, en su recorte, incorporación y organización. Justamente, la investigación demostró, entre otras cosas, que los profesores desarrollan los segundos a partir de maneras de enseñar los primeros.